jueves, 6 de septiembre de 2012

067 A 103

067 mesa 4
Aquí y ahora, escribir un poema,
corresponde esperar, tengo el 103.
Normalmente, la mente, cuando espera,
suele hacer algo..., la pobre,
no sabe esperar sin más.
Es preciso que se apoye, como el cuerpo lo hace,
sobre todo si todavía quedan casi treinta números/personas
delante para llegar al mostrador.
Da tiempo, cálculo rápido de probabilidades, a acercarse y hacer un poco de compra,
hay una carnicería buena y a los chavales les viene bien hoy para su campeonato de frontón...
075 mesa 1
Ha aprendido, casi siempre que espera, a sujetarse en la lectura,
hace años también tomó la costumbre de hacerlo en la escritura.
078 mesa 1
Sin embargo, de niña,
de niña
era todo mirarlo, en todo fundirse...y ahora en eso se queda la mente unos cuantos números...
083 mesa 3
...todo comprenderlo con sólo sentirlo
Se ha deshabituado a hacer de esa manera
084 mesa 2
aquella virtud de presenciar el mundo
ya fuera por pudor
por crecer
por cuidado
por qué dirán los otros si les miran... porque nadie me mire.
088 mesa 1
(Llamada de teléfono. Era la compañera de este proyecto nuevo que
traerse entre manos, nos reunimos mañana).
095 mesa 4
Todo menos quedarse parada.
Precisamente aquí en la oficina del paro,
en la cola del paro,
ahora está sentada,
y observa cuántas
personas en demanda de empleo, como se dice acá,
Hace seis días se cumplió el contrato, tras siete años, los recortes.
096 mesa 2
Entonces, observando
se da cuenta
097 mesa 4
de que este país fue rico
098 mesa3
y que, aquí están un buen puñado de aquellos que llegaron atraídos
099 mesa1
por aquel olor de prosperidad, ahora están varados en el dolor del paro
100 mesa1
la estadística los va sumando a los cinco millones altos
y es como el río, que va dejando las hojas y los palos, la espuma
y la basura en los recodos,
rastro de mugre que no se deja arrastrar
101 mesa 1
corriente abajo.
También la mente se ha acostumbrado
a sujetarse en metáforas.
Leo ahora: Demanda de empleo.
¿Empleo es trabajo?
Oferta y demanda. Hay quien da y hay quien pide.
Pedir trabajo, he ahí el error
102 mesa 4
¿Hay, es posible que haya quien tenga mi trabajo, sino yo?
Lo perverso del sistema es eso, haber creído que alguien posea mi trabajo,
¿A quién le son útiles mis dones? ¿Qué puedo dar yo a quién? ¿Quién me lo paga?
Lo que yo ofrezco, ¿quién lo necesita?
103 mesa 3
Me toca.

2 comentarios:

Patricia Gardeu dijo...

Me acordaré de este texto cada vez que tenga que esperar. Me ha encantado. Es tan cierto.

atención dijo...

Patri, si te quieres acordar se algo cada vez que esperas, acuérdate de estar atenta a lo que ocurre en cada instante.